Maradona echó un vistazo al patio de su casa. Maradona no pudo contener su palabra y se puso a decidir sobre las palabras. No encontró más que mentira y traición. Apuesta fuerte y polémica como siempre.
Subido a la medianera de su discurso, puestos a ser equilibristas de su tempo oral, entendemos por qué siempre le pasa lo mismo. Vemos cómo se marchita a estas alturas su consecuencia, su concisión.
¿Qué estaba haciendo, Diego?, pregunta una allegada.
Arreglando las plantas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario